Los ministros de empleo y trabajo del G20 dejaron asentado que «la mejora de la seguridad y salud en el trabajo es una prioridad urgente que protege a los trabajadores y contribuye a aumentar la productividad y el crecimiento».
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo mueren 6300 trabajadores cada día y se pierde un 4% del Producto Bruto Interno mundial en costos directos e indirectos cada año, como consecuencia de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo.
Los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, además de ser una tragedia en sí, contribuyen a días de trabajo perdidos, disminución de la productividad, malas relaciones entre empleadores y trabajadores y otras consecuencias que perjudican a los individuos, las familias, las empresas, las comunidades y las economías nacionales.
En 2014 tuvo lugar en Melbourne, Australia, una reunión de los ministros de empleo y trabajo de los miembros del G20, el club de países ricos constituido por siete de los países más industrializados –Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido– (G7), más Rusia (G8), más once países recientemente industrializados de todas las regiones del mundo, y la Unión Europea como bloque económico. España no es miembro, pero tiene el estatus de invitado permanente.
En esta reunión se aprobó la primera Declaración en la que se hace referencia a la salud y seguridad en el trabajo en este ámbito, titulada «Prevención del desempleo estructural, creación de mejores trabajos y potenciación de la participación». Documento que fue ratificado un año más tarde, cuando el G20 se reunió en Turquía. Allí, los responsables de empleo y trabajo reiteraron la firme determinación de mejorar la seguridad y salud en el trabajo en los países miembros y en todo el mundo.
En el Anexo C de la Declaración firmada en Australia, los ministros de empleo y trabajo del G20 dejaron asentado que «la mejora de la seguridad y salud en el trabajo es una prioridad urgente que protege a los trabajadores y contribuye a aumentar la productividad y el crecimiento. Estamos de acuerdo en adoptar nuevas medidas para reducir los sustanciales costos humanos y económicos asociados a lugares de trabajo inseguros y enfermedades relacionadas con el trabajo…”.
En el Documento, además, los ministros se comprometieron a aplicar las recomendaciones que figuran en el Anexo C de la Declaración en colaboración con los gobiernos, las organizaciones internacionales y los interlocutores sociales.