Mientras se avanza rápido en el desarrollo de ciudades inteligentes, las aseguradoras demoran en lanzar nuevos productos asociados a los cambios en los hábitos de los ciudadanos.
El crecimiento de las ciudades influye en cambios en los estilos de vida de sus habitantes que cada vez realizan más actividades, trasladándose cada vez más de un lugar a otro. La necesidad de cambio convierte en obligatorias cuestiones que antes eran alternativas.
Los modelos que apuntan a la reorganización del tránsito vehicular y el transporte público de pasajeros son solo algunas de las consecuencias que importa esta problemática y quizás la que más rápido se visualiza y padece.
La sociedad, al igual que el desarrollo tecnológico, evoluciona a un ritmo mucho más acelerado que los mercados aseguradores. Las aseguradoras no impulsan planes estratégicos de previsión sino que trabajan en lanzamientos de nuevos productos luego de que haya surgido un problema o una novedad, como es el caso de las bicimotos o de las Smart Bike, que tienen el concepto del consumo inteligente de energía, sobre las que todavía las compañías aseguradoras no reconocen como una oportunidad para desarrollar una nueva cobertura.
Como fiel reflejo de lo expuesto cabe destacar que grandes automotrices han decidido lanzar al mercado nuevos vehículos que llevan su marca y que distan de sus vehículos tradicionales o bien incluyen en sus ventas promociones en igual sentido. Es el caso de Ford que presentó dos versiones de vehículos inteligentes como MoDe Pro y MoDe Me, que son bicicletas eléctricas y forman parte de un proyecto de innovación dentro de la empresa que se dedica a la creación de alternativas de transporte de personas.