El seguro, un sistema solidario de protección

Seguramente muchos piensan que las crisis, al generar mayor inquietud, alientan sentimientos conservadores y una profundización de la conciencia para tener asegurados aspectos importantes como la salud, la vida; también bienes como el auto, la vivienda o el celular y hasta numerosas actividades tales como los servicios, el comercio y la producción agropecuaria, por citar algunas de las categorías más relevantes.

Si bien en momentos en que la previsibilidad escasea algunas personas tienden a plantearse procesos de reflexión que finalmente impulsan acciones para lograr coberturas frente a las eventuales contingencias, está demostrado que muchos países con contextos estables terminan generando una mayor conciencia aseguradora, sobre todo cuando ésta forma parte de los valores propios que se inculcan naturalmente desde edad temprana en los ciclos formativos y educativos.

Es evidente que los seguros contribuyen a bajar el riesgo, proteger el patrimonio y promover la tranquilidad al dar cobertura frente a una multiplicidad de contingencias que pudieran afectar a las personas, los bienes y las empresas. Lamentablemente, en muchas ocasiones estos instrumentos financieros indispensables en las sociedades contemporáneas se terminan alejando del mercado potencial por ser considerados de difícil identificación, conocimiento y acceso.

Por esa razón resulta vital trabajar para potenciar la divulgación de la conciencia aseguradora. En tal sentido el rol de los productores asesores de seguro que, dotados de capacitación y actualización permanente dominan el know-how de las diferentes herramientas disponibles en el mercado. Es indicador de las mejores oportunidades que se abren en un contexto dinámico y volátil, y además terminan brindando un soporte cotidiano y cercano dada la relación natural y genuina que se genera con los asegurados.

El seguro es un mecanismo solidario de protección y es la forma más directa y con bajo costo para compartir el riesgo a una aseguradora para que, en caso de producirse un incidente o siniestro no se vea afectado el patrimonio de la persona o empresa. Son muchas las personas que contribuyen con la prima que se abona a crear el fondo que solidariamente compensa en forma rápida, confiable y eficaz a los que sufren una pérdida, dándole herramientas para recuperarse.

Los productores asesores de seguros logran establecer la articulación transparente que construye solidaridad en el sistema porque con su nivel de conocimiento y profesionalismo logran dimensionar acertadamente los criterios de las diferentes pólizas para orientar y recomendar a los asociados las modalidades más apropiadas para cada caso y circunstancia.

Estos profesionales, matriculados ante el organismo regulador del Estado, finalmente contribuyen a señalar los riesgos que la persona o la empresa pudieran enfrentar dándole diferentes opciones para mitigarlos. Las capacitaciones que realizan permiten que el asesoramiento sea el más adecuado e implica enseñar e incentivar a las personas a tener una actitud preventiva y protagónica frente a los riesgos que pudieran aquejarlos.

El asesor adquiere una visión global que le permite enfrentar los desafíos de las nuevas corrientes como las que se expresan a nivel global referidas a proteger y fortalecer los sectores que motorizan el desarrollo, como las pymes y los emprendedores. Nuestro país no es ajeno a esta agenda en la que día a día se advierte la importancia de asumir el seguro como una herramienta solidaria para la protección de los impulsos individuales y colectivos que, de la mano de la inversión, el esfuerzo y el trabajo, están en condiciones de generar los caminos del crecimiento al que adhiere el conjunto de la sociedad argentina.